Una vez más, Johan Sotil apareció en su máximo esplendor para convertirse en el hombre más destacado de su equipo. Primero comenzó recostado por la derecha, sector en el que dejó a mal traer a Yoshimar Yotún. No obstante, el '8' poeta se las ingenió para trocar posiciones y, desde cualquier sector, complicar al titubeante bloque posterior celeste; así, a veces fue enganche y hasta un segundo delantero. Jugadores como 'Malingas' Jiménez, Saulo Aponte o Claudio Velázquez, quienes estuvieron presentes esta tarde en el Nacional, deben agradecer infinitamente por tener al lado a un jugador de las características de Sotil.
La clave: Para eso está el goleador
Sin duda, lo que se apreció en el Nacional fue, de lejos, el partido más táctico de los que se ha apreciado en el actual Descentralizado; no por nada estaban frente a frente los dos equipos con mejor rendimiento en lo que va de la temporada. Pero si de merecimientos se trata, la Vallejo planteó un esquema que radicaba en el achique de espacios de Juan Morales y John Hinostroza -los dos de contención- y las desafiantes proyecciones de Johan Sotil, Alexander Sánchez y Julio Landauri, quienes estaban situados en posiciones avanzadas. El elenco poeta era, pues, el que mejor hacía las cosas en el terreno de juego; no obstante, el rival le hizo saber en el arranque y el final del segundo tiempo de que, cuando se tiene un goleador como Hernán Rengifo, el negocio se termina desbaratando. El 'Charapa' fue clave en tienda rimense y con sus dos goles (a los 55' y 94'+) permitió que su equipo no le pierda pisada en la cima a su rival de esta tarde.
El cambiazo: Cuadrados y direccionados
A partir de los ingresos de Marcos Delgado y José Shoro, Cristal trastocó notoriamente su posicionamiento en el terreno de juego. Ambos saltaron al gramado en el reinicio de las acciones y, en el acto, transformaron el 4-2-3-1 cervecero en un 4-cuadrado-2. Es más, hasta Marcio Valverde, que empezó como carrilero por derecho, tuvo que retroceder al lateral. La idea de Roberto Mosquera, pues, era que Renzo Sheput se asociara con Junior Ross de manera frecuente para servir con mayor apremio a los atacantes Rengifo y Shoro. La fórmula, de hecho, funcionó, pero tuvo ribetes de barbaridad al apretar el último gatillo.
La calamidad: De cabo a robo
Como se mencionó, el cambio de esquema le permitió a Cristal pisar con mayor apremio la retaguardia visitante. Sin embargo, el toque final de uno de sus atacantes fue sencillamente de espanto. José Shoro ingresó para aumentar volumen a la ofensiva celeste y gozó de hasta tres ocasiones claras para liquidar. No obstante, el ex Unicachi pisó el gramado del Nacional con el pie izquierdo: en la primera que tuvo, luego de un tiro de esquina, se apuró en definir; en la segunda, erró la más increíble -con la valla totalmente a su merced- y, en su tercer intento, tardó en colocar el empeine para añidarla. De lejos, una tarde nefasta la del '28' local, tanto como la acción que originó el segundo gol de la Vallejo a los 61': un centro de Sotil dirigido a Jiménez terminó chocando en la cabeza de Óscar Vílchez y el balón se introdujo en propia puerta.
La joyita: Con marca registrada
Cuando el partido estaba 0-1, Cristal encimó territorio poeta y consiguió el empate que, sin ser tan vistoso en la resolución final, hizo recordar -guardando las distancias- al elenco cervecero de los noventa, básicamente por la sucesión de toques que derivaron en el gol del 'Charapa' Hernán Rengifo que, pese a dudar en el primer intento, definió con esa sangre fría que caracteriza a los goleadores infalibles. Eso sí, tampoco se puede dejar pasar por alto al tanto que abrió el marcador, el de Jiménez. Y es que ese sutil cabezazo del 'Malingas' a los 44' solo lo pueden hacer los grandes.
El jugadón: ¿Punto de quiebre?
Johan Sotil ya era de lejos la figura del encuentro, pero tuvo la oportunidad de sacarle lustre a su actuación en los descuentos: sobre los 92'+, el 'Cholito' se disfrazó de su papá, el 'Cholo' Hugo, y emprendió carrera. Se zafó de la marca de dos defensores celestes y, cuando se pensó que iba a hacer la imposible, no quiso pecar de egoista y se la cedió a Saulo Aponte. Allí se extinguió la sensación romántica en el Nacional, ya que Nicolás Ayr diluyó el riesgo al anticiparse a la jugada. Sotil pudo vestirse de gala si apostaba por la individual. Es más, era el 1-3.
El tapadón: Canguro e infortunio
Daniel Ferreyra fue otro de los que tuvo una participación acertada y demostró por qué es uno de los referentes del elenco trujillano, pese a que su destino parece ser terriblemente desdichado. En el partido, tuvo dos intervenciones que merecieron los aplausos. Ambas fueron desde fuera del área: una tras un potente derechazo de Óscar Vílchez, quien pretendió reivindicarse tras el autogol que cometió, y otra en la que Ross también encontró probar de lejos pero encontró bien posicionado al portero argentino. Lo del 'Canguro', sin embargo, es para lamentar: un casual choque provocó la torcedura de su rodilla y, tal parece, estará alejado varios meses de las canchas.
Kazuki Ito: A la altura de las circunstancias
Fina actuación la de Víctor Hugo Rivera. Dejó poco para el análisis, y eso ya dice mucho de su correcta labor en la cancha. El arequipeño -al igual que sus asistentes- estuvo atento a cualquier acción violenta; sancionó cuando la situación lo ameritó, y mostró tarjetas porque las infractores se la merecieron. Es más, tuvo tino para dar ley de la ventaja en la acción que originó el primer gol de la Vallejo. Una actuación que debería ir siempre de la mano con uno de los mejores árbitros del torneo doméstico.
dechalaca.com
Foto: La Industria
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